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MADE IN

Raso de seda, prenda, marco de madera, auricular reproductor de mp3, memoria micro sd, archivo de audio

Técnica: Ampliación, estampado por sublimación, realización de archivo de audio

270 X 140 CM

2019

Obra seleccionada en la Bienal Textil WTA 2019 Madrid, España

Audio: https://soundcloud.com/rosanamachadorodriguez/sets

 

Una mirada pormenorizada y atenta a algo tan singular como discreto, ese pequeño objeto que es la etiqueta, abre un campo informacional sobre las prácticas económicas globales. 

35 idiomas en una prenda tan pequeña como es la ropa interior femenina. ¿A cuánta cantidad de gente está destinada entonces? 

Muchos son los aspectos que hay que atender si queremos cuidar el medio ambiente en relación al uso de la vestimenta. Las prendas no se compran solo por necesidad: el recambio de la moda es, más que el desgaste, el mayor motivo de adquisición de novedades. Tanto el modo en que se producen las fibras, los desperdicios que se generan en la producción, que se convierten en basura, o el lavado cotidiano son temas que afectan al planeta. 

Sin embargo hay aquí una cuestión más: personas que viven en condiciones deplorables, trabajan por sueldos bajísimos, y que a pesar de ello, ése es uno de los mejores trabajos que pueden conseguir en su país. Y esta vulnerabilidad es la condición para su explotación. El argumento de que si se mejoran las condiciones de los trabajadores entonces las multinacionales buscarían otros lugares para producir es la herramienta utilizada para sostener las condiciones actuales. Un círculo vicioso.

Si bien el título de la obra “Made In” deja abierta la referencia a todos los países tercermundistas donde las multinacionales tienen proveedores, la obra refiere especialmente a Bangladesh, cuya capital fue en 2013 escenario de una gran tragedia.

El edificio Rana Plaza, que albergaba varios talleres de costura se derrumbó, dejando más de 1200 muertos y alrededor de 2500 heridos, en su gran mayoría mujeres, que forman más del 80% de la fuerza laboral textil. 

La otra cara de la moneda de la producción es el consumo. ¿En qué modo podemos contribuir los consumidores a frenar estos abusos? ¿Cómo ser más responsables respecto de la manera en nos relacionamos con las prendas? 

La obra se propone sembrar esta inquietud para que puedan germinar otros mundos posibles.

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